jueves, 5 de mayo de 2011

Sal, sal de mi cabeza.


Mírate al espejo, observa el sufrimiento que se refleja en tus ojos y ríete de todas las veces que derramaste tus lágrimas por esa persona que un día se metió en tu corazón y no la has conseguido echar aún. Aún le quieres, lo llevas tan dentro.. pero te has dado cuenta que no merece la pena llorar por él. Lo único que te trae es problemas y es conveniente que lo olvides.

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